Muy sobre las cinco en punto de la tarde del pasado 7 de octubre iniciaron las lecturas de los dos escritores que dieron punto final al Seminario Internacional “Psicotropismos” del 44 Salón Nacional de Artistas, quienes aprovecharon su tiempo frente al público para hablar sobre el efecto de las drogas y su conexión con la literatura.
El primer turno fue para el escritor Juan Nicolás Donoso, con su libro “Coprófago Paradise”, que aprovechó para discutir sobre los problemas que generan los fármacos y cómo estos tienen más efecto que las drogas ilícitas.
Habló sobre los expendedores, las comunidades dedicadas a ello y la ley que se ha venido reforzando para prohibir algunas de las drogas. “Los minutos son respuestas”, señaló en una parte de su lectura.
En esta narrativa, añadió el comercio de las drogas farmacéuticas, que, según el autor, “son más dañinas que las naturales”. Igualmente, habló sobre cómo las personas las buscan para poder entrar en el trance de una forma diferente.
Luego inició la lectura de José Antonio Covo. El autor leyó dos capítulos de su libro, con una buena parte de parodia marcada con realidad y una que otra palabra fuerte que se hacían dinámicas al momento en el que fue presentado al público. Al mismo tiempo, combinó el tema de las drogas, línea principal del Seminario. La historia se basó en la manera agradable de escuchar todas esas vivencias del par de chicos protagonistas.
“La vida es muy corta cuando se sabe de la eternidad de la muerte”, añadió el escritor al corrido de su lectura.
La historia hablaba de un hombre y una mujer e incluía pasajes de sexo, drogas, sentimientos y un solo escenario: Cartagena. Al terminar, el escritor solo pudo agradecer la presencia del público, que se mostró realmente divertido al escuchar el relato de “Osamentas Relampagueantes”.
El cierre estuvo a cargo de la agrupación “Mugre”, banda compuesta por Carlos y Germán Bonil, dos hermanos que por medio de los sonidos del piano, guitarra eléctrica, alternadores, trompetas, un secador de pelo y algunos creados por ellos mismos, le dieron el toque musical a la noche acompañada de una semana de ponencias que acercaron al arte al poder de lo alucinatorio.